jueves, 1 de diciembre de 2011

Ni vencedores ni vencidos

El debate, organizado por La Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, se produjo en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid con una puntualidad exacta de ambos candidatos. 

Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba eran en la noche del lunes los únicos protagonistas del cara a cara emitido por la cadena TVE y presentado por Manuel Campo Vidal.  Después de rendir homenaje a Don Joaquín Moya (asesinado en Afganistán mientras cumplía con tareas militares), fue Mariano Rajoy el que abrió el debate, asegurando que es la “incapacidad” del gobierno actual de corregir esta situación lo que ha forzado la convocatoria de elecciones al 20 de noviembre. Con la afirmación “Rajoy y yo tenemos ideas bien distintas”, el candidato socialista dejó clara su visión al respecto.
En el primer bloque (dedicado a la economía y al empleo) ambos representantes coincidieron en que España está sumida en una “gran crisis” de la que va a ser complicado salir. Rubalcaba comenzó el debate “atacando” a Rajoy argumentando que su partido no tiene ningún plan. El líder socialista, por su parte, propuso subvencionar la Seguridad Social de un trabajador por empresa (PYMES) en el caso de que estas creen un nuevo puesto de trabajo en el próximo año. “Si crean un puesto de formación, también lo subvencionaremos “, añadía Rubalcaba. Rubalcaba intentó ganar puntos en el debate acusando al PP de que iba a cambiar el Sistema de prestaciones por desempleo. Por otro lado Rajoy no se mojó, algo criticado por el candidato socialista. Lo necesario para  la mejora del país, según Rajoy, es: un cambio de Gobierno, Gobierno competente, decir la verdad, hacer un buen diagnóstico y un plan que controle el gasto público.
El apartado de economía finalizó con una discusión en la que se  montan las voces, unas encima de otras, Rajoy huye de las preguntas, y Rubalcaba pide respuestas concretas.

Igualdad de oportunidades
Posteriormente en el segundo bloque, dedicado a la política social, Rajoy comenzó refiriéndose a la injusticia de la desigualdad de ingresos entre los españoles hecho que atribuyó a la mala gestión del  PSOE. La tensión aumentó cuando Rubalcaba pidió explicaciones de varios puntos del programa electoral de su oponente, reclamando aclaraciones. “Para usted no existe el problema de la financiación de la sanidad pública”, añadía el líder socialista. Llegó el turno de Rajoy quien indignado declaró su misma preocupación por la sanidad y la educación pero también por la desigualdad y las pensiones.  El debate sobre las pensiones protagonizó uno de los cruces de acusaciones más intensos de la noche, teniendo que intervenir Campo Vidal para apaciguar los ánimos. El líder del Partido Popular dio como solución a la falta de financiación para la educación, sanidad y pensiones la creación de empleo. Pero el portavoz socialista insistió en que con el PP la sanidad y la educación pública siguen sin estar garantizadas.
El debate dio paso al tercer bloque en el que la calidad de la democracia y los derechos, la seguridad y la política exterior fueron discutidas.  Rubalcaba intentó buscarle las cosquillas a Rajoy, sobre todo con respecto al derecho al matrimonio homosexual, al que pidió en distintas ocasiones que plantease la situación futura y tranquilizase a las parejas de homosexuales españoles y acusó al PP de “intervencionistas de la vida privada”.
La política exterior es el último tema tratado en el debate en el que destacó la situación de España en Europa y las políticas de mercado internacional que según el candidato popular son ineficaces.
Para concluir Rajoy lanzó una pregunta a los españoles animándoles así a cambiar las políticas del gobierno actual. A lo que el candidato popular contestó sin ningún titubeo que España necesita un cambio con urgencia. Sin embargo, Alfredo Pérez Rubalcaba bajo la frase “la indiferencia no resuelve los problemas” invitó a los españoles a votar en las urnas el día 20-N y pidió, sobre todo, la confianza del pueblo español. Después de casi dos horas y tras varios cruces de acusaciones, así concluía el cara a cara tan esperado entre los dos candidatos a la presidencia del gobierno.







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